Por: Diego Flores Becerra Acosta / Foto: Pemiere
Desde hace ya varios años, la industria cinematográfica de Hollywood ha tenido como máximos exponentes a gente como Steven Spielberg, George Lucas, Martin Scorsese y James Cameron, entre otros. Sus nombres son sinónimo de éxito en taquilla, superproducciones y premios de la Academia; dejando un poco en el anonimato para los menos cinéfilos, a otros directores con gran talento y que también han logrado rescatar varios millones de la taquilla de sus producciones. Me refiero a gente como Paul Thomas Anderson, los hermanos Coen y Darren Aronofsky, entre otros.
Sin embargo, la última década ha arrojado de entre las tinieblas de lo desconocido y el anonimato, al prototipo de director exitoso, interesante, rentable y lo más importante de todo, innovador. La figura ideal de un creador de historias interesantes, que encima de su gran nivel intelectual y narrativo, logran traer a casa los grandes millones que los productores esperan. Un caballero oscuro, desconocido de nombre para la mayoría, pero inconfundible por su trabajo, el británico Cristopher Nolan .
Ha sabido juntar lo mejor de los dos mundos: el arte y el negocio; traduciéndolo en geniales producciones, desde cintas de bajo presupuesto como Memento, hasta la millonaria trilogía de Batman. Centra sus temas en el área de la psicología, de forma fresca, innovadora y a la vez entretenida para todo tipo de audiencias.
Se dice dentro del medio que Nolan, “no tiene ni una sola película mala”. Una verdad del vox populi que lo está tratando de colocar entre lo más alto de las esferas hollywoodenses.
El británico, es un experto de séptimo arte, dirige; escribe; produce y actúa. Tiene una auténtica baraja de capacidades para desarrollar dentro del medio que se han visto reflejadas dentro de sus cintas, rompiendo con la disyuntiva entre entretenimiento y calidad.
Cristopher Nolan, me genera un interés profundo no solo por la forma en que trabaja sus películas desde el punto de vista técnico y visual, sino que es un gran arquitecto de historias, que destacan por ser diferentes a todo lo que sus competidores tienen para ofrecer.
Nos ha logrado llevar a través de la mente humana como pocos en la historia. Temas como la memoria en Memento, la locura y obsesión de Insomnia, la rivalidad y el odio en The Prestige, el mundo de los sueños de Inception y finalmente ha sido capaz de reinventar la figura del popular comic Batman. Un creador de personajes de un alto nivel de complejidad.
Ha transformado a Batman en un personaje oscuro, interesante y diferente a todas las versiones anteriores. Apegándose más a la verdadera mística del héroe de los comics, pobremente interpretado por sus predecesores Tim Burton y Joel Schumacher. Alejándose completamente de la caricaturización de ellos, se adentró de lleno en la psique del caballero de la noche, aterrizando su mundo de fantasía a realidades más verosímiles y volviéndolo más humano, con miedos, inseguridades y esa oscuridad que nunca deja de envolver a la mente humana.
Una figura psicológicamente interesante al igual que sus villanos. Dejó de lado aquellos monstruos sobrenaturales y los volvió psicópatas “creíbles” con una psicología igual de cautivadora y embriagante como la del superhéroe, solo hace falta pensar en la maravillosa y a la vez perturbadora interpretación de Heath Ledger como el guasón, valiéndole el Óscar post-mortem en 2008.
Tomó lo más oscuro de Batman y lo mezcló con la mejor técnica de producción, así como un gran elenco con Christian Bale, como su estandarte en la figura de Batman, y le dio el toque más realista que el cine nos ha regalado, pero sin perder la mística del personaje.
Creando así una trilogía que no tiene precedentes en el mundo de las películas de superhéroes. Haciendo ver a Marvel y sus producciones taquilleras como infantiles y ridículas al lado de la sustanciosa historia edificada por Cristopher Nolan.
Resulta todavía un misterio cómo es que este gran trabajo no ha sido premiado por la Academia con un Óscar para el británico, la cual parece rehusarse a lo que es evidente, “El Caballero de la Noche Asciende”, y no me refiero a la más reciente producción de Nolan, sino que el londinense se ha adueñado de las taquillas y la mente de la audiencia. La estatuilla dorada solo sería la llave del reino de Hollywood que esta ya a sus pies.